El fantasma de la eventual inhabilitación de Evo recorre no sólo los pasillos de la turbulenta política partidaria; sino también está presente en las percepciones de la población. La misma está dividida en torno a esta posibilidad: las clases medias opositoras al MAS están de acuerdo con la misma; en tanto que las clases bajas de Occidente que apoyan al Gobierno están en contra. Vuelve a aparecer la polarización social y política en Bolivia. A pesar de esta división en la opinión pública, sólo el 25% creen que es muy probable que inhabiliten a Evo; por el contrato, dos tercios creen que Evo será candidato el 2025. El estrato probreza que apoya a Evo, ve en la posible inhabilitación del ex Presidente una agresión a sus opciones electorales, lo que acrecienta su identificación con el líder del MAS