A los 41 años de la recuperación de la democracia en Bolivia, la amenaza de un "golpe militar" queda en el pasado. Ahora la democracia enfrente un riesgo mucho más peligroso: la eventual instauración de una "democracia autoritaria" legitimada por el voto popular. La mayoría de los entrevistados (51%) creen que la democracia "no funciona" y desconfían de los partidos políticos como mediadores de la demanda social (63%). Prefieren un "líder populista" que concentre el poder político con tal que responda a las necesidades del pueblo. Además, varios apuestan por un "líder fuerte" que imponga orden en el país.