Las acusaciones de Evo Morales contra el hijo del Presidente sobre presuntos negociados corruptos respecto del Litio, no tienen eco en el ámbito masista. Las clases bajas y el estrato pobreza, incluso los propios votantes del ex Presidente, no creen en estas acusaciones o son indiferentes a ellas. En cambio, el discurso del ala evista sobre la corruptión en el Gobierno de Arce alimenta la arraiga postura antimasista de las clases medias que siempre rechazaron a Evo Morales. La estrategia del ala evista centrada en la presunta corrupción del Gobierno no está cumpliendo el objetivo de mejorar las posibilidades electorales del ex Presidente.