Bajo una aparente aceptación de acuerdos políticos en la Asamblea Legislativa, la población en realidad se resiste a ellos. Después de 17 años en los cuales no hubo la necesidad de una democracia pactada, y después de un discurso que denostó permanentemente los acuerdos como una señal de "contubernio político propio del neoliberalismo", la actitud de la población apunta sólo a aceptar acuerdos puntuales; pero no acuerdos de más largo plazo. Se aceptan acuerdos entre afines (Comunidad Ciudadana y Creemos), antes que acuerdos entre oficialismo y oposición. Es altamente probable que el acuerdo entre el ala evista y la oposición para reelegir a Andrónico Rodríguez como Presidente del Senado, sea rechazado tanto por los votantes de Evo, como por las clases medias antimasistas.