El 2023 fue un año positivo para el Gobierno en términos de aprobación de la gestión del Presidente, la cual se incrementó del 33% al 42%, junto con un aumento de la opinión positiva y de la intención de voto de Luis Arce en torno al 20%. También fue un buen año para Vicente Cuéllar, el líder político emergente de los conflictos por el Censo, que durante este año vio cómo su opinión positiva y su intención de voto aumentaron. No fue un año gratificante para los demás líderes opositores que se estancaron en su intención de voto por debajo del 15%. Sin embargo, este escenario puede cambiar profundamente si sigue creciendo la insatisfacción con la economía (bajos ingresos y precariedad del empleo). Si el 2024, esta insatisfacción con la economía se profundiza, la demanda electoral por un "líder nuevo" (de extrema derecha) tanto en clases medias como en clases bajas, modificará profundamente las opciones electorales de quienes, de manera solapada, ya están en campaña por la Presidencia.