Las turbulencias económicas (escasez de combustibles y de dólares) y sociales (bloqueos de caminos por las judiciales y por combustibles), generan una sensación de inestabilidad y de insatisfacción con la situación actual del país. Entre noviembre del 23 y febrero del 24, disminuyó el porcentaje de personas que creen que las cosas en Bolivia están bien. El indicador que presenta una mayor caída es la percepción que la situación económica está bien: apenas el 12% afirma que la economía está bien. Así, al inicio del 2024 se conformó un escenario favorable a una "tormenta perfecta": a) inestabilidad social + b) inestabilidad económica + c) debilidad en la imagen del Gobierno.