Si bien en las capitales de departamento la clase media típica y la clase media baja llegan al 45%, en el conjunto de la población boliviana (incluidas las provincias y el área rural), el peso demográfico de estas clases se reduce a un tercio (33%). Estas clases medias son el núcleo opositor al MAS desde el 2005 hasta ahora. Luego de la crisis del 2019 su antimasismo se ha radicalizado. El problema es que no hay, por ahora, un líder que las enamore y les de esperanzas de un futuro mejor.