La destitución de Dina Chuquimia del TSE sin algún argumento del Ejecutivo que la respalde, ha dejado la cancha libre a las oposiciones, que han tenido la habilidad de instalar en la población la idea de una instrumentalización del TSE por parte del Gobierno. Cerca del 60% de los entrevistados "ha comprado" el discurso de las oposiciones, reafirmando su percepción de un Gobierno que busca controlar la Justicia y al TSE para sus fines políticos y electorales. Se refuerza la idea que el arcismo logrará desplazar a Evo Morales como dandidato del MAS; pero no gracias a procedimientos "legales"; sino por su control de otros poderes del Estado.