La preselección de candidatos para las elecciones judiciales en su etapa oral comienza en medio de un alto descreimiento y desinterés en la población. Más del 70% no cree que esta etapa resulte en la selección de los mejores profesionales. Por el contrario, se afirma que los políticos de la Asamblea Legislativa elegirán a personas afines a sus partidos para tener alguna influencia en la Justicia. Más del 80% cree que la injerencia del poder político en la justicia se mantendrá o, incluso, aumentará después de las elecciones judiciales. Por esta razón, la tendencia a la abstención en las mismas es alta. La mayoría que termine acudiendo a las urnas lo hará "por obligación". Así, la democracia no sólo pierde legitimidad por acciones autoritarias o por "golpes de Estado"; sino también por la vanalización y desnaturalización del actor de votar por candidatos a los que no se conoce ni en quienes se cree.