Si hay algo que une a la dividida oposición boliviana es la consigna de "cambiar el modelo del MAS". Incluso el propio Andrónico Rodríguez ha mencionado que "el modelo del MAS ha fracasado". Sin embargo el 55% de la población apoya la centralidad del Estado en la economía y rechaza la eventual privatización de empresas estatales deficitarias. Así que el principal problema de la oposición no es la división; sino que la misma no está sintonizada con la arraigada cultura política de la población asociada a la "nacionalización y a la defensa e industrialización de los recursos naturales".