El escándalo en el Banco Fassil en el ámbito empresarial, y los escándalos de coimas en el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, y de donación de vehículos robados en el Gobierno, colocan a las élites empresariales y políticas bajo el rótulo de corruptas. Crece la demanda por un líder "nuevo" que no provenga de las élites empresariales, políticas y sindicales masistas, con la promesa de "echar del poder" a las élites tradicionales para combatir la corrupción.