El país se vuelve a polarizar con el arresto de Camacho. El apoyo a esta acción gubernamental se ha reducido al 30% de la población. En tanto que la postura de rechazo no sólo es más amplia (cerca del 60%); sino también más firme. Los jóvenes y las clases medias del oriente condenan la detención de Camacho, están dispuestos a movilizarse para demandar su libertad y apoyan el paro cívico en Santa Cruz.