Mientras sube la tensión por el "empantamiento" judicial, la mayoría de la población culpa al Gobierno del retraso de las elecciones judiciales. Predomina la sensación que el país no saldrá pronto de este entuerto con una cuestionada auto prórroga de magistrados y sin acuerdo para elecciones judiciales. Esta situación debilita la imagen del Presidente. Su gestión no sólo aparece como incapaz de realizar la prometida reforma de la justicia; sino como interesada en continuar la manipulación de la justicia en pro de sus (mesquinos) intereses políticos y electorales. Arce aparece como un aplicado alumno de Evo, que retrasa las elecciones judiciales para seguir manipulando la justicia en contra de sus opositores.