El escándalo del presunto estupro atribuido al ex Presidente ha afectado su favorabilidad (que ha disminuido en 9% entre septiembre y octubre), y la legitimidad de su candidatura (dos tercios de los entrevistados dicen que después del escándalo Evo no debería ser candidato). Estos impactos negativos no solo se dan entre las clases medias antievistas; sino también en las clases bajas que antes le apoyaban masivamente. A pesar de la debilidad electoral de Evo Morales; su intención de voto (alrededor del 9%) permanece inamovible. Tiene un voto duro consolidado. El escándalo no disminuyó su intención de voto; pero canceló cualquier posibilidad de crecimiento de apoyo electoral al ex Presidente.